viernes, 14 de octubre de 2011

La guía del padre tonto.


Escrito por Déborah M.G.


Hoy quiero hablar de esos padres tontos, de esos padres "aficionados" a sus hijos que viven absolutamente por y para ellos, que han dejado de vivir su vida para vivir a través de las de sus retoños.

Esos progenitores pelmas que pasean orgullosos a sus pequeñas bestias en los carros malditos, obstaculizándote el paso allá donde vayas, porque les da igual que sea un Lunes por la tarde en una plaza que un Domingo en el rastro, ellos, se llevan el cacho de carro avasallando al resto de la población.

Hasta ahí pudiere ser normal, pero llega un momento en la vida de todo padre cargante, donde tienden a introducirte en su “maravilloso” mundo paternal, teniendo que ser, quieras o no, testigo de las grandes proezas que sus cachorros van logrando.

Un ejemplo de ello es cuando comienzan a imitar todo sonido que sus niños empiezan a reproducir, balbuceando para demostrarte que su hijo tiene una mente superior a la de cualquiera de su eddad, el padre cargante se esfuerza por demostrarte como su descendiente ya dice: “agua”, “perro” o “bibe”, mientras tú piensas “si, estaría bien si aparte de ti, lo entendiera algún ser humano más”.

Pero dejando aparte estas grandiosas hazañas donde las proezas del Cid se quedan cortas, pasemos al apartado de “Reconocimiento público de las sandeces que haga el niño”. Esta situación se da cuando estás en una ratio de unos 10 metros desde donde se encuentra la familia feliz. Consiste en que, en el momento en que cruzas la primera mirada con el padre, a partir de ese preciso momento, estás perdido, pues toda “ocurrencia”, palabra o gesto que salga del hijo, tienes que reírsela. Si no lo haces e intentas mirar para otro lado, notas la mirada fija del papi/mami esperando una sonrisa tuya mientras miras al niño con un dulce rostro aleteando las pestañas. En ese instante el padrazo orgulloso se siente reconocido públicamente por haber traído al mundo semejante joya. (Puede que el niño haya dicho simplemente “hace calor”).

Lo peor es cuando se reúnen 4 o 5 parejas de padres y forman una fortaleza sobrenatural, incapaz de ser destruída. Compiten por ver quién les arropa más por la noche, quién le da más besitos, o quién les lee más cuentos (por no poder competir porque niño es mejor, ya que eso no está permitido en las normas del buen padre, pues todos los niños son iguales a pesar de que todos piensen que su niño le da 100.000 vueltas al resto).

Haciendo las prácticas este año (prácticas que me confirmaron mi poca vocación por trabajar en escuelas infantiles), había una educadora muy gilipollas (había más de una, pero me centro en esta), que contaba orgullosa reiteradas veces, que su niña de un año decía “econja”, que significaba Bob Esponja, lo peor de todo fue tener que reírle la anécdota. Lo único que vi inteligente en aquella niña era que mientras jugaba sentada en el suelo levantaba la pata pa cagar. En fin..anécdotas como ésta, 15.000, y más en 3 meses de prácticas, mi tutora, también hablaba maravillas de su niña, a veces, oyéndola hablar te llegabas a creer que la niña tenía 15 años, luego la veías la calva con 4 pelos y diciendo “pewwooo”, “awaaa”, y volvías a la realidad.

Otra regla primordial para ser buen padre es dejar de utilizar palabras normales para usarlas con diminutivos. Ejemplo: La frase “Mi hijo está malo y ha estado toda la mañana en la cama con fiebre, no ha querido comer ni jugar con sus juguetes”, se convertiría en “Mi nene está malito y ha estado toda la mañanita en la camita con fiebre, no ha querido comer el pobrecito ni jugar con sus juguetitos”.

¿Por qué los hacen más tontos de lo que son?

No digo que los niños sean imbéciles o que ser padre sea una gilipollez, lo que critico es la forma que tienen algunos de tratarlos.

Lo que no saben estos padrazos, es que dentro de 13 años si no antes, sus “nenes” se pillarán un pedo del 15 en un parque antes de entrar en una discoteca, se harán tuenti o facebook o lo que demonios inventen con 9 años y se creerán mayores antes de tiempo y se harán fotos dando una calada a un porro, y en cuanto salte el flash de la foto empezarán a toser, pero da igual, la foto ya está hecha y la gente ya sabe que soy el más chungo, y todo porque en vez de educación, lo que estos padres dan a sus hijos son tontería, estupidez y mucha inseguridad al dárselo TODO, sin que estos niños hagan nada, sólo coger rabietas, pegarte mocos y piojos

En fin, hay cosas peores en este mundo por desgracia, cosas con las que no se puede frivolizar, pero este no es para tanto, sólo es una actitud tonta que toma la gente tonta y yo la analizo.


Fotograma El Milagro de P.Tinto.





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